Llevo apenas un par de semanas recorriendo estas calles
nuevas y ya he conocido al loco de la colonia, lo conocí un martes que tenía
algo de prisa en llegar, estaba gritando cosas en la banqueta frente a la
iglesia; una pareja cruzo enfrente de sus erráticos pasos, el solo les ha
gritado “chinguen a su madre” se ha disculpado enseguida diciendo que así habla
él; la vecina tenía prisa por entrar y cerrar la puerta.
Justo en el momento en que cruzamos miradas, se decide a
gritarme que debería hacer un pacto con el diablo; la idea me ha tomado por
sorpresa y me tiene dando vueltas en toda la rutina de oficina. no es el pacto
con el diablo, es más bien lo bizarro del asunto, un loco echando madres frente
a iglesia, un martes, sugiriendo hacer un pacto.